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Eficiencia Energética: La energía silenciosa que necesita ser escuchada
- Por Mauricio Utreras, socio y gerente de nuevos negocios en Roda Energía y profesor de sistemas de gestión energéticos en la USACH.
Tras más de dos años de tramitación en el Congreso y 10 desde que se planteó por primera vez la necesidad de una ley que promoviera de manera decidida la eficiencia energética, como fue el caso de la ley 20.257 que marcó el camino de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), en enero de 2021 se aprobó la Ley 21.305 de Eficiencia Energética de Chile, la cual tiene como objetivo promover el uso racional y eficiente de los recursos energéticos para contribuir a mejorar la productividad, competitividad económica y la calidad de vida de las personas, junto con reducir las emisiones contaminantes.
La promesa era que al año 2030 -de aplicarse adecuadamente las medidas contempladas tendríamos una reducción de intensidad energética del 10%, un ahorro acumulado de US$15.200 millones y una reducción de 28,6 millones de Ton CO2. Esto equivale a evitar el recorrido anual de 15,8 millones de vehículos livianos o a la absorción anual de 1,8 millones de hectáreas de bosque nativo. Lamentablemente, a más de un año y medio de su publicación, no contamos con los reglamentos que permiten implementarla operativamente.
Se estima que la ley permitirá inmediatamente la activación de más de 1.700 empresas, que deberán reportar de manera permanente sus consumos energéticos. Lo anterior implicará el análisis constante de la energía en todos sus procesos y, a su vez, las empresas con mayor consumo tendrán que implementar un sistema de gestión de energía basado en la Norma ISO 50.001 para al menos el 80% de todas sus instalaciones, buscando como meta la reducción de un 4% de su intensidad energética en el periodo de implementación. Adicionalmente, la Agencia de Sostenibilidad Energética estima ahorros anuales que varían entre un 2,6% a 12,5% para sectores tan intensivos en el consumo de energía como son el industrial, minero y utilities.
El llamado es a activar los reglamentos necesarios para comenzar desde ya a concretar los beneficios que traerá la ley para el medio ambiente, la economía, el empleo y la calidad de vida de nuestras y nuestros ciudadanos de manera permanente.
Confiamos en que este gobierno priorizará a la eficiencia energética como una herramienta fundamental para aportar al proceso de descarbonización justa, el aumento de seguridad de suministro por medio de la reducción de la demanda (debido a la profunda sequía que atravesamos), junto con reducir el gasto en energía de nuestra economía, basados en que el Presidente de la República ha señalado a su administración como el primer gobierno ecologista de Chile y, por ende, cada decisión tendrá una perspectiva sustentable.
En definitiva, esa energía que no se consume -esa energía silenciosa- que históricamente no se priorizó, hoy tiene una nueva oportunidad, porque sin duda, es la más limpia y barata que podemos ofrecerle a nuestra sociedad.