Hacia un país más electrificado

Por

Maria Isabel Gonzalez R.

Gerente General Energetica S.A.

Uno de los indicadores significativos del nivel de desarrollo de los países es su consumo eléctrico. En ello, Chile aún tiene mucho por avanzar. Si bien tiene una de las mayores coberturas eléctricas de América Latina, alcanzando al 99% de la población, el consumo per cápita de los chilenos es bajo. Así, éste alcanza a 3.900 kilowatthora (KWh) al año, en tanto el de países desarrollados supera los 8.000 y puede llegar hasta 15.000 KWh anuales en los países más fríos y/o industrializados.

La electrificación de consumos energéticos, como la calefacción y el transporte, tiene múltiples ventajas. Entre otras, se cuentan las mejoras en la calidad del aire al desplazar la quema de combustibles dentro de las viviendas y centros poblados. Adicionalmente, la electrificación contribuirá a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que el gran potencial solar y de otras fuentes renovables, como la energía eólica e hidráulica, serán indispensables para los desarrollos futuros de generación destinados a cubrir el aumento del consumo eléctrico. No cabe duda que, en los próximos años, la electrificación será mayoritariamente utilizando estos recursos, disminuyendo la quema de combustibles fósiles.

Chile consume en la actualidad alrededor de 72.000 Gigawatthora (GWh) al año. Hacia el 2050 en un escenario conservador, éste podría llegar a 170.000 GWh. Sin embargo, de acuerdo con un estudio encargado recientemente por la Asociación de Generadoras de Chile, con la electrificación masiva del transporte terrestre y el aumento de los usos domiciliarios como aire acondicionado y calefacción, el consumo podría elevarse hasta los 228.000 GWh, esto significaría más que triplicarse.

Teniendo en cuenta esta expectativa, cabe preguntarse cómo enfrentaremos el desafío de contar con los medios de generación suficientes, sistemas de transmisión y distribución adaptados a esta mayor demanda.

Respecto a generación eléctrica el potencial solar, eólico e hidráulico con que cuenta el país es más que suficiente para suplir esta demanda.

El desarrollo de la transmisión eléctrica, si bien ha tenido oposición de grupos de interés, debiera avanzar de mejor forma con las lecciones aprendidas.

Finalmente, en la actividad de distribución eléctrica es necesario un avance significativo en materia regulatoria, que fomente la incorporación de nuevas tecnologías.

Maria Isabel Gonzalez R.

Gerente General

Energetica S.A.