NotasNoticiasNoticias Generales
AIE: Unión Europea enfrenta déficit potencial de casi 30 000 millones de m3 de gas natural en 2023
- Informe de la Agencia Internacional de Energia (AIE) establece acciones clave para cerrar la posible brecha entre la oferta y la demanda, si las entregas de los oleoductos rusos caen a cero, incluidas implementaciones más rápidas de eficiencia energética y energías renovables.
La Unión Europea se enfrenta a un déficit potencial de casi 30 000 millones de metros cúbicos de gas natural en 2023, pero esta brecha puede cerrarse y el riesgo de escasez puede evitarse mediante esfuerzos más intensos para mejorar la eficiencia energética, desplegar energías renovables, instalar bombas de calor, promover el ahorro de energía y aumentar los suministros de gas, dice la Agencia Internacional de Energía (AIE) en un nuevo informe publicado recientemente
El informe, “Cómo evitar la escasez de gas en la Unión Europea en 2023”, establece un conjunto de acciones prácticas que Europa puede tomar para aprovechar el impresionante progreso que ya se ha logrado en 2022 para reducir la dependencia del suministro de gas ruso y llenar el almacenamiento de gas, antes de este invierno. El informe advierte que 2023 bien puede resultar ser una prueba aún más dura para Europa, porque los suministros rusos podrían caer aún más, los suministros mundiales de gas natural licuado (GNL) serán escasos, especialmente si la demanda china de GNL se recupera, y las temperaturas inusualmente suaves observadas al comienzo del invierno europeo no se garantiza que duren.
RESISTIENDO EL CHANTAJE ENERGÉTICO DE RUSIA
El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, presentó el informe junto con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una conferencia de prensa en Bruselas, antes de la Reunión Extraordinaria de Ministros de Energía de la UE el 13 de diciembre y la Reunión del Consejo Europeo el 15 de diciembre.
“Hemos logrado resistir el chantaje energético de Rusia. Con nuestro plan REPowerEU para reducir la demanda de gas ruso en dos tercios antes de final de año, con una movilización de hasta 300.000 millones de euros de inversiones. El resultado de todo esto es que estamos seguros para este invierno”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Así que, ahora nos estamos enfocando en preparar 2023 y el próximo invierno. Para ello, Europa debe intensificar sus esfuerzos en varios campos, desde la proyección internacional hasta la compra conjunta de gas y el aumento y la aceleración de las energías renovables y la reducción de la demanda”, aclaró von der Leyen
Para el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, “La Unión Europea ha logrado un progreso significativo en la reducción de la dependencia del suministro de gas natural ruso, pero aún no está fuera de la zona de peligro”.
“Es posible que muchas de las circunstancias que permitieron a los países de la UE llenar sus sitios de almacenamiento antes de este invierno no se repitan en 2023. El nuevo análisis de la AIE muestra que es vital un mayor impulso en la eficiencia energética, las energías renovables, las bombas de calor y las acciones simples de ahorro de energía. para evitar el riesgo de escasez y nuevos picos de precios viciosos el próximo año”
IMPORTANTE AMORTIGUADOR DE CARA AL INVIERNO
Como resultado de las medidas adoptadas por los gobiernos y las empresas europeas a lo largo de 2022 en respuesta a la crisis energética, así como a la destrucción de la demanda provocada por los enormes aumentos de precios, la cantidad de gas en los sitios de almacenamiento de la UE superó con creces la media de cinco años en el comienzo de diciembre, proporcionando un importante amortiguador de cara al invierno. Las acciones de los consumidores, el aumento de los suministros de gas fuera de Rusia y el clima templado también ayudaron a compensar la caída en las entregas rusas en 2022.
Las medidas ya adoptadas por los gobiernos de la UE sobre eficiencia energética, energías renovables y bombas de calor deberían ayudar a reducir el tamaño de la posible brecha entre la oferta y la demanda de gas en 2023. Una recuperación en la producción de energía nuclear e hidroeléctrica desde sus niveles mínimos de una década en 2022 también debería ayudar a reducir la brecha. A pesar de todo esto, la brecha potencial entre la oferta y la demanda de gas de la UE podría alcanzar los 27.000 millones de metros cúbicos en 2023 en un escenario en el que las entregas de gas desde Rusia caigan a cero y las importaciones de GNL de China repunten a los niveles de 2021, según el informe.
Esta brecha se puede cerrar mediante acciones adicionales sobre eficiencia energética, energías renovables, bombas de calor, ahorro de energía y suministro de gas, según muestra el análisis del informe.
FOMENTAR EL CAMBIO DE GAS A ELECTRICIDAD EN LA INDUSTRIA
Para incentivar mejoras más rápidas en la eficiencia energética, el informe recomienda ampliar los programas existentes y aumentar las medidas de apoyo para la renovación de viviendas y la adopción de electrodomésticos e iluminación eficientes. También recomienda utilizar tecnologías más inteligentes y fomentar el cambio de gas a electricidad en la industria.
Para acelerar los permisos para las energías renovables, el informe propone agregar recursos administrativos y simplificar los procedimientos. También propone más apoyo financiero para las bombas de calor y cambios en las leyes fiscales que penalizan la electrificación. También pide más y mejores campañas para lograr que los consumidores reduzcan su consumo de energía y detalla varios programas de una amplia gama de países que pueden servir como mejores prácticas.
Por el lado de la oferta, el informe dice que, si bien las opciones de Europa para importar más gas natural son limitadas, hay un puñado de países con capacidad de exportación sobrante que podrían aumentar las exportaciones capturando el gas que actualmente se quema. El informe también detalla las oportunidades para aumentar la producción de biogás de bajas emisiones.
Juntas, estas medidas ofrecen un camino para evitar picos de precios, cierres de fábricas, un mayor uso de carbón para la generación de energía y una feroz competencia internacional por los cargamentos de GNL, de manera coherente con los objetivos climáticos de la UE.