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Desde la neurona energética chilena hacia la conexión neuronal sudamericana
- Por Camilo Charme, gerente general de Generadoras de Chile.
Detengámonos a pensar en lo maravilloso que es un sistema neuronal. Si le das una oportunidad a este artículo, entenderás por qué comenzando desde este elemento podemos aportar al debate del desarrollo de la transición energética desde una perspectiva geopolítica.
Un sistema neuronal se compone por diferentes tipos de neuronas, que se comunican entre sí para integrar y procesar información y trabajar colaborativamente. Esta analogía es clave para comprender la importancia del desarrollo de una política activa de interconexión energética en Sudamérica, como uno de los pilares para seguir avanzando en la transición energética no solo en Chile, sino que en todo el subcontinente de manera íntegra.
Si tomamos la decisión de mirar Chile desde la perspectiva de Sudamérica, nuestro país puede ser asimilado a una neurona. De hecho, si bien nuestro país cuenta con condiciones naturales idóneas para el desarrollo de energías renovables, que han permitido atraer inversión y conocimientos, no es parte de ningún sistema neuronal mayor: no está conectado de manera significativa a otro sistema eléctrico en el continente. Y si bien las condiciones naturales de Chile son necesarias, no son suficientes para definir una condición geopolítica favorable a la hora de proyectar nuestro potencial energético en las relaciones con nuestros vecinos y aliados.
Es por esto por lo que se hace necesario mencionar otros atributos de nuestro país, que permiten aprovechar estas condiciones naturales. La estabilidad política y económica desde la vuelta a la democracia genera un ambiente propicio para la inversión en energías renovables, los inversores pueden confiar en la seguridad jurídica y la predictibilidad regulatoria de Chile; creando, a su vez, las condiciones para que nuestros centros de estudio puedan proyectar estas circunstancias en nuevos conocimientos de la ciencia y de la técnica. Es decir, nuestro país está en una buena posición para integrarse y proyectar su visión energética con sus países vecinos y con otros países más allá de nuestro continente.
Pero ¿cuáles podrían ser estos beneficios estratégicos? Un primer aspecto es mejorar las condiciones de seguridad energética, que permitiría que Chile accediera a fuentes diversas de suministro de energía. Esto cobra especial relevancia al enfrentarnos a los efectos del cambio climático.
Otro beneficio a mediano y largo plazo consiste en dotar de mayor estabilidad al sistema eléctrico, permitiendo ampliar la base de oferta y la demanda de energía a nivel regional, lo que da mayores alternativas a los operadores eléctricos de los subsistemas a la hora de equilibrar sus sistemas excedentarios o deficitarios.
Al ser nuestros países vecinos diversos en fuentes energéticas y condiciones climáticas, se pueden crear los sistemas para beneficiarse de esta diversidad de recursos y condiciones complementarias.
Por último, en el caso de que se logre la interconexión entre los países de Sudamérica, esta tendrá una consecuencia directa en la integración entre la región, lo que a su vez fortalece los lazos económicos, educacionales y políticos.
En resumen, la interconexión eléctrica con países vecinos ofrece beneficios geopolíticos, como la seguridad energética, la estabilidad del sistema eléctrico, el aprovechamiento de recursos complementarios, la integración energética regional y el impulso a la transición energética. Estos beneficios fortalecen la cooperación regional, promueven el desarrollo sostenible y contribuyen al crecimiento económico de Chile y de la región. [Fuente: El Mercurio /Generadoras]