- Por Gabriel Vergara, CEO de Smart CFO. //

Las pequeñas y medianas empresas en Chile están enfrentando crecientes desafíos derivados de un entorno económico global marcado por la incertidumbre. Factores como la volatilidad del tipo de cambio y los constantes ajustes en las políticas comerciales internacionales han generado una presión significativa sobre la estabilidad financiera de este segmento, que según el Observatorio Grande Pyme, representa más del 98% de las empresas del país y aporta más del 64% del empleo formal.
Este sector constituye el motor de la economía nacional, y ante un escenario internacional cambiante, se vuelve clave habilitar herramientas efectivas para que las pymes puedan adaptarse con rapidez. Entre estas destacan opciones como el acceso a seguros cambiarios, asesoría financiera especializada y líneas de financiamiento más flexibles que les permitan anticipar y responder a variaciones externas.
Durante los primeros meses del año, el tipo de cambio ha mostrado una alta volatilidad, alcanzando valores cercanos a los $1.000 por dólar, para luego retroceder hasta niveles en torno a los $950. Esta apreciación temporal del peso chileno entregó cierto alivio a muchas pymes importadoras, especialmente en sectores como tecnología, maquinaria, textiles y químicos, al reducir sus costos en moneda local y mejorar márgenes de manera transitoria.
El problema va más allá del impacto financiero directo; es una cuestión estratégica. Las pymes necesitan condiciones mínimas de certidumbre para planificar compras, fijar precios, estructurar flujos de caja y proyectar inversiones. Cuando los proveedores ajustan valores en función de un dólar inestable, gestionar márgenes o mantener inventarios se transforma en una apuesta riesgosa. En este escenario, perder puede significar frenar la expansión, congelar contrataciones o, en el peor de los casos, cesar operaciones.
No se trata de predecir el comportamiento del mercado global, sino de preparar a quienes más lo necesitan para resistirlo. Si las pymes son el motor de nuestra economía, no podemos permitir que se hundan por una tormenta externa sin antes haber ofrecido un salvavidas.