- Hace tres semanas se anunció la cancelación de la cumbre más importante del mundo en materia de cambio climático dado el estallido social. Sin embargo, resulta esencial reparar en cuán ligado está el cambio climático y la desigualdad.
Desde que Chile fuera nombrado anfitrión de la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas (COP25), en abril pasado, el cambio climático se tomó la agenda nacional. Fueron seis meses de intenso trabajo, en los que empresas, academia, ONG, Estado y sociedad civil, coordinaron esfuerzos importantes por sumarse a una ambición climática que permitió acelerar el paso hacia una mayor conciencia ambiental.
La crisis climática se instaló en las conversaciones cotidianas y la población comenzó a familiarizarse con conceptos, siglas y definiciones científicas que dan cuenta del fenómeno. Pero hace tres semanas, Chile cambió. Y con ello, la cancelación de la cita internacional era una decisión latente.
‘Fue muy doloroso y a su vez, muy comprensible que se haya priorizado la seguridad. Resulta imposible cuestionar la decisión, dada la información que la Presidencia debe tomar en consideración’, afirma Gonzalo Muñoz, quien fue elegido por el presidente Sebastián Piñera como High Level Champion de la COP25. Sin embargo, el Champion también asegura que, dado el contexto actual, se debe mostrar aún con más fuerzas, cómo la agenda global y local de acción climática, es justamente una agenda que contribuye a resolver también problemas sociales y, de esa forma, contribuir al desarrollo sostenible y la paz social. Y es que el cambio climático es, sin duda, otro gatillador de desigualdades y un freno importante para el desarrollo sostenible de los países.
‘Es importante reparar en que los países que más contribuyen al cambio climático no son los más afectados ya que cuentan con mayores recursos para enfrentar sus impactos; mientras que aquellos en vías de desarrollo, como Chile, recién están tomando conciencia ambiental y se está incorporando a las políticas públicas’, asegura Marcela Bravo, gerenta general de ACCIÓN Empresas. Y es que la sostenibilidad de las sociedades, solo se logra cuando las tres dimensiones que componen el desarrollo, es decir, lo económico, lo social y lo ambiental, están en justo balance porque la interrelación que existe entre ellas, no permite que ninguna corra por carriles separados. Así también lo enfatiza el Champion. ‘Para lograr la paz social y el bienestar en equidad, así como llegar al desarrollo sostenible, debemos aprender a tratar los temas ambientales de manera seria y profunda’, finaliza.
¿Y la acción climática?
Uno de los capitales más relevantes que dejan estos seis meses de preparación para la COP25 es, sin duda, la convicción de que todos los actores sociales juegan un rol fundamental en la acción climática. ‘Empresas, academia y sociedad civil comenzaron a desarrollar una consciencia climática, que es muy relevante mantener.
Las empresas asumieron un rol, comprendieron que la crisis climática está totalmente ligada a su quehacer, y, por ende, seguir trabajando concretamente en la acción climática es un imperativo para el desarrollo sostenible’, asegura Marcela Bravo, gerenta general de ACCIÓN Empresas. Agrega que como organización se hacen cargo del camino recorrido, por eso están lanzando dos programas concretos en materia climática, con indicadores, con compromisos medibles y con aliados estratégicos que les ayuden a robustecer el trabajo de las empresas en términos de articulación.
El primero de ellos #FuturoSostenible, impulsa a las empresas que son parte de ACCIÓN a comprender los riesgos y oportunidades que el cambio climático significa para los negocios y el territorio en el que operan, a través de un trabajo concreto en materia de adaptación. Y el segundo, #ImpactaPositivo, busca que las empresas gestionen sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), con especial foco en transporte, dado el compromiso de Chile de ser carbono neutral al 2050.
‘Es decir, recogimos las dos formas de hacernos cargo de este fenómeno desde las empresas: mitigación y adaptación al cambio climático. Llevamos veinte años impulsando la sostenibilidad empresarial como el único camino para hacer negocios en el mundo de hoy. Esta crisis social que estamos viviendo, es el síntoma de que no hemos errado el camino. Este es el momento de hacernos cargo, a través de la acción, de las brechas que tenemos como sociedad en materia social, económica y, sin duda, ambiental’, enfatiza Bravo. (Fuente: Generadoras de Chile)