Columna de Opinión
¿Es nuestra transmisión eléctrica lo que nos limita volver al top ten en energías renovables?
Por
Carlos Finat
Director Ejecutivo de ACERA
Después de muchas décadas donde parecía que la falta de energías autóctonas era una de las principales barreras para el desarrollo de Chile, se ha demostrado que el país cuenta con una inmensa riqueza en estas fuentes energéticas, que reemplazarán a los combustibles fósiles, permitiendo con ello aspirar a una reducción dramática de las emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminantes locales, a precios bajos y estables en el tiempo.
Según cálculos de ACERA, basados en informes públicos disponibles, el potencial existente en nuestro país en fuentes ERNC (energías renovables no convencionales) es inmenso. La energía generada por fuentes solares, eólicas, geotérmicas, hidroeléctricas de pequeña escala (-20MW), marinas y de bioenergía, podrían reemplazar el uso de todos los combustibles fósiles y la leña que usa Chile para generación de energía y, aun así, con el resto de su potencial, podría hacer lo mismo en otros 12 países similares. Una duda permanente es si el éxito de la industria renovable en Chile se dio espontáneamente o si ciertos factores han sido determinantes para la llegada de los inversionistas, desarrolladores y generadoras que lideran la instalación de estas centrales, los cuales debemos cuidar para continuar en la senda del crecimiento de la industria de la generación limpia.
El informe RECAI de EY nos entrega una mirada que permite compararnos con otros países en cuanto al atractivo para la inversión en energías renovables. En el informe de mayo de 2011, nuestro país apareció tímidamente en el lugar 34. Sin embargo, tan solo dos años después, Chile escaló hasta el puesto 18, para luego instalarse dentro de los “top 10” desde septiembre de 2015 hasta octubre de 2017. A contar de esa fecha, la posición del país ha ido lentamente bajando, por lo que conviene entonces analizar cómo el Chile de hoy se compara con el Chile de hace un año y para eso el informe de EY es de gran ayuda, ya que incluye los puntajes por tecnología. Podemos ver que, en los últimos 12 meses los índices de Chile han bajado en las fuentes eólicas, solares, geotérmicas y en biomasa, siendo la mayor baja la solar fotovoltaica, tecnología en la cual Chile tiene el mayor potencial y que exhibe la mayor potencia instalada dentro de las ERNC.
La baja de demanda que se menciona en el informe es uno de los factores en la caída del puntaje de Chile, la que ha llevado a posponer la licitación que se esperaba para este año. Sin embargo, creemos que no es la única explicación.
En informes RECAI anteriores, también se mencionan las limitaciones que tiene el sistema de transmisión. Creemos que es fundamental que se den pasos concretos para asegurar que la capacidad de transporte de energía esté disponible oportunamente para que las nuevas centrales renovables puedan inyectar y comercializar su energía de manera eficiente.
Otro aspecto que afectaría a la baja en el ranking es la percepción, por parte de algunos inversionistas y generadores, de que la estabilidad de reglas podría estar debilitándose. Un ejemplo de lo anterior es la inclusión del sector renovable en el financiamiento del precio estabilizado a consumidores, establecido mediante una ley aprobada en noviembre de 2019, tras el estallido social en el país.
Con más de 4.000 MW de centrales ERNC en construcción, nuestro país sigue destacando entre los países más atractivos para invertir en energías limpias. Sin embargo, considerando que ese atractivo es una combinación entre la riqueza de recursos, estabilidad política, estabilidad de reglas y crecimiento de la economía -entre otros factores-, debemos ser capaces de leer todas las señales involucradas para identificar y corregir oportunamente las debilidades y amenazas que puedan afectar a este sector estrella de nuestra economía y pilar fundamental de la reactivación económica tras la pandemia que estamos viviendo. (Fuente: Informe RECAI 2020 EY)