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Medición de impacto socio ambiental: cuantificando el valor compartido

Por
Asociación de Generadoras

La transición energética ha tenido importantes avances en los últimos años en sus dimensiones económicas, ambientales y sociales. Sólo como ejemplo, el año 2020, el 47% de la generación eléctrica fue renovable, y estamos recuperando esta vocación luego de haber alcanzado un mínimo 33% en 2013. La capacidad instalada de este tipo de tecnologías va en fuerte ascenso, superando el 50% de toda la capacidad instalada en el Sistema Eléctrico Nacional durante el mes de octubre pasado, impulsado especialmente por nuevos proyectos solares y eólicos. A estas cifras, se añade que la industria de generación emplea a más de 40.000 personas de manera directa e indirecta, que hemos sido capaces de sostener durante la pandemia, y que la inversión ejecutada en 2020 fue de más de 3.800 millones de dólares.

Estos datos son alentadores y nos llevan a desafiarnos y abordar la transición energética en toda su complejidad. Por ello, estamos convencidos que parte de este abordaje se juega en los estándares con los que nos relacionamos con las comunidades, las formas de diálogo que establecemos y el tipo de iniciativas que implementamos en los territorios.

Es por ello por lo que como Generadoras de Chile hemos estado trabajando, junto a la consultora experta en maximización del valor social First Impact, para medir el impacto de las intervenciones sociales que nuestras empresas socias realizan en los territorios. Fruto de este trabajo se desarrolló una herramienta de medición de impacto en base a resultados, simple y estandarizada, y un manual para facilitar su implementación.

Esta herramienta cumplirá una función estratégica, ya que no sólo nos permitirá monitorear el impacto de los programas ejecutados, sino también, tener información para la gestión y la toma de decisiones, a través de la entrega de resultados comunicables interna y externamente para los distintos grupos de interés como las comunidades, inversionistas, trabajadores, alta dirección, entre otros. Esto nos permitirá asegurar el cumplimiento de los objetivos propuestos por los programas, tomar acciones en caso de existir riesgos asociados, y apoyar los procesos de toma de decisiones en base a información real y confiable.

Por otra parte, la implementación de este tipo de herramientas ayudará a avanzar en la línea de mayor transparencia y accountability, por medio de la entrega de datos concretos y creíbles, contribuyendo de esta manera a crear confianza y transparencia con las comunidades y otros actores relevantes para el sector.

En una tercera línea, el poder contar con información concreta y creíble respecto a criterios ambientales, sociales y de gobernanza, conocidos como “ESG” por su sigla en inglés, no sólo permite demostrar de manera concreta un compromiso con la sociedad y su desarrollo sostenible, sino también, el acceso a inversionistas que están requiriendo y analizando los resultados de las empresas de forma creciente a la hora de invertir. De esta manera, nos ponemos en línea con la demanda por más información y análisis de cuestiones medioambientales y sociales por parte de los inversores.

Por último, esta iniciativa aportará al aprendizaje continuo del sector eléctrico. Es por ello, que este 2021, y en la lógica de ser “buenos vecinos”, seguiremos trabajando en la cuantificación de nuestros impactos. Para ello, iniciaremos una segunda etapa de este proyecto en la que trabajaremos en la adopción e implementación de la herramienta diseñada en las empresas que forman parte de la asociación.

Estamos convencidos que la transición energética se juega también, y muy especialmente, en su dimensión social y en como en detectar, medir y profundizar el impacto positivo que puede generar la llegada de un proyecto de generación para los habitantes de un territorio. (Newsletter Generadoras, mayo 2021)

 

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