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Alza de la Luz, 40 Horas y el Fin del CEEC: Impacto en el mundo de la construcción
- Por Gastón Braithwaite, Gerente General de Onewaite.
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El sector de la construcción en Chile se encuentra en un momento crítico. En los últimos meses, la combinación del alza de los precios de la electricidad, la reforma laboral que reduce la jornada laboral a 40 horas semanales y el fin progresivo del Crédito Especial para Empresas Constructoras (CEEC) han generado un cóctel de dificultades que ha debido sortear un sector clave de la economía del país.
Uno de los efectos más inmediatos y preocupantes de este escenario es el constante aumento en el precio de la electricidad, que golpea duramente a la industria de la construcción. Las faenas de construcción requieren grandes cantidades de energía para maquinaria pesada, iluminación y otros equipos esenciales. La creciente alza en los costos de la electricidad eleva significativamente los gastos operativos de las empresas constructoras, lo que las coloca en una posición de mayor vulnerabilidad, sobre todo, en un mercado donde la competencia ya es feroz.
A este panorama, se le suma la incertidumbre sobre la futura estabilidad de los precios de la energía. Sin un control claro sobre estos aumentos, las empresas enfrentan la difícil tarea de calcular sus márgenes de ganancia y, en muchos casos, se ven obligadas a trasladar estos costos adicionales a los consumidores, encareciendo los precios de la vivienda y proyectos inmobiliarios.
Por otra parte, la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, que comenzó a implementarse de forma gradual, se ha convertido en un desafío, que hemos debido enfrentar de manera inteligente, considerando que somos un sector que se caracteriza por su alta demanda de mano de obra y un ritmo de trabajo intenso. Si bien la reforma tiene un impacto positivo en términos de calidad de vida de los trabajadores, también genera desafíos en cuanto a la productividad y la gestión de los tiempos de trabajo, algo que nuestro rubro debe comprometerse a cumplir.
Finalmente, uno de los mayores retos que hemos tenido que enfrentar quienes nos dedicamos a esto, desde hace más de 30 años como es el caso de Onewaite, es la eliminación progresiva del Crédito Especial para Empresas Constructoras (CEEC), medida que culminará en 2027. El CEEC ha sido una herramienta clave para las empresas del sector, que históricamente han dependido de este beneficio para acceder a recursos financieros a tasas más bajas, lo que les permite llevar a cabo proyectos de mayor escala.
La eliminación de este crédito se da en un contexto de recuperación económica frágil, tras el impacto de la pandemia y la actual incertidumbre económica. En un sector inmobiliario que ya se encuentra afectado por condiciones restrictivas en el crédito hipotecario y la incertidumbre jurídica, el fin del CEEC representa un obstáculo más en la difícil tarea de mantener la competitividad y la viabilidad financiera de los proyectos. Las empresas constructoras, sobre todo las pequeñas y medianas, se enfrentan a mayores dificultades para acceder a financiamiento a precios razonables, lo que puede retrasar la entrega de viviendas y otros proyectos importantes.
Frente a este escenario, el sector de la construcción en Chile necesita de una estrategia integral que permita mitigar los impactos de estas medidas. Es necesario un enfoque que equilibre las necesidades de los trabajadores con la sostenibilidad económica de las empresas constructoras. Las políticas públicas deben ser conscientes de la importancia de este sector en la generación de empleo y en la recuperación económica del país y, por lo tanto, deben diseñarse con un enfoque más flexible que permita a las empresas adaptarse sin comprometer su viabilidad.
La construcción no solo es un motor económico, sino también un pilar fundamental para el desarrollo urbano y la provisión de viviendas para la población. Si bien las reformas son necesarias para avanzar hacia una mayor equidad y eficiencia en el mercado laboral, no podemos pasar por alto las realidades prácticas de sectores clave como la construcción, que deben adaptarse a un contexto complejo y desafiante.
Es urgente que se encuentren soluciones que favorezcan tanto a los trabajadores como a los empleadores en la industria de la construcción, con políticas que promuevan la competitividad del sector sin sacrificar la calidad del empleo ni el desarrollo de proyectos vitales para el país.( (https://onewaite.com/)