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Chile busca liderar la IA en Latinoamérica y blindar su fortaleza digital

  • Por Erick Bellido. Analista Comunicacional de MindRun

Erick Bellido, analista comunicacional de MindRun

Sólo durante el primer semestre de 2023, Chile recibió más de 4 mil millones de intentos de ciberataques, encendiendo las alertas del mundo público y privado. Ahora trabajan ambos mundos de manera colaborativa y no competitiva, sí, unidos para frenar las alarmantes cifras, que dejan a Chile en el puesto 56 a nivel mundial por estos ataques virtuales, según el National Cyber Security Index (NCSI).

En este contexto, el marco del mes nacional de la ciberseguridad, cobra especial relevancia la presentación en el Congreso Nacional de Chile de la creación del ‘Foro Nacional de la Ciberseguridad’, centrado en trabajar sobre estas materias con altura de miras para democratizar el conocimiento, pero haciendo frente a los problemas graves asociados al mal uso de los datos personales (pérdida de identidad biométrica), junto con revisar a fondo la forma de construir un ciberespacio más seguro.

La instancia que sirvió de preámbulo para que la Cámara Alta suscribiera un convenio con la Alianza Chilena de Ciberseguridad, para realizar actividades destinadas al desarrollo, difusión, ejecución y consolidación del precitado foro. Así, para allanar el camino, se lanzó el libro ‘Construyendo la Ciberseguridad en Chile’ el cual sintetiza los principales hallazgos, acuerdos y desafíos detectados por la Mesa de Ciberseguridad.

Mientras tanto, en otro punto de la capital, se desarrolló durante dos jornadas la versión XI del Summit País Digital, donde se priorizó el foco en el actual proyecto de ley que regula el uso de la Inteligencia Artificial (IA), porque cuando se habla de regular las tecnologías se necesita tener a la  vista tres ejes prioritarios: primero, promover la innovación para que la tecnología se desarrolle, se pueda probar y pilotear; segundo, los marcos regulatorios deben prever y hacerse cargo de los riesgos en equilibrio con la promoción de la innovación; tercero, todo avance y promoción debe producirse de forma transversal con toda la industria y las instituciones públicas.

Los desafíos globales requieren que Chile salga constantemente en búsqueda de nuevos espacios competitivos, para instalar su punto de vista a nivel latinoamericano, y aunar sinergias que permitan marcar liderazgos para potenciar la competitividad aprovechando el despegue de innovaciones (startup) e iniciativas complejas (Fondecyt, Corfo, etc.) que van aparejadas hoy de la transformación digital, la realidad inmersiva, el metaverso y la inteligencia artificial.

El próximo foro global se realizará entre el 23 y 24 de octubre en Santiago, para acoger una cumbre de altas autoridades en materia de Inteligencia Artificial, y que contará con más de 15 países de Latinoamérica, además de ministros de ciencia, innovación y tecnología para abordar el fenómeno de la quinta revolución tecnológica, y la forma de aprovechar su potencial para el desarrollo sostenible y atraer inversión extranjera en I+D.

No cabe duda que Chile, avanza apoyado de grandes socios estratégicos, pues la UNESCO también hoy ayuda a impulsar los ajustes a la nueva ley de I.A., pero además apoya junto a la CAF la creación del Consejo de Altas Autoridades de Latinoamérica y el Caribe, cuya autoridad ejecutiva tendrá su base en nuestro país, para avanzar como bloque y asegurar que podamos ser escuchados dentro del concierto internacional como OCDE y ONU, cuando se hable de poner límites éticos, normativos,  sobre resguardos e inclusivos.

Sin duda, todos estos eventos impulsan ecosistemas que promueven la generación de espacios que buscan en el corto y mediano plazo, dar más fuerza a las competencias digitales, mejorar la productividad, reducir brechas digitales, fortalecer la voz y posición que adoptan las industrias y gobiernos de la región de cara a los nuevos desafíos globales en I+D+IA, pero todo bajo un paraguas que da visibilidad a Chile como un territorio que asume nuevos liderazgos para  robustecer su fortaleza digital; pero que también avanza autocríticamente en detectar donde aumentar el gasto público y privado en innovación y desarrollo, a la vez de seguir avanzando en capacitar al capital humano en áreas productivas.

En Chile, 2/3 del porcentaje de distribución del gasto en inversión en I+D proviene del sector público, pero solo 1/3 de los recursos provienen del sector privado. Para continuar consolidando el desarrollo del país, se requiere que estas cifras se den vuelta, porque esa es la tendencia a nivel mundial, y no podemos quedar en el rezago, pero para que ello ocurra, la inversión se debe conectar directamente con los emprendimientos de base científica y tecnológica, y que a la fecha suman más de 1.500 empresas a la espera de capitales ángeles y semilla. Así, todo parece indicar que las startup son la puerta de entrada para volvernos más eficientes y competitivos.

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