- Por Felipe Donoso, CEO de Enérgica City.
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Chile ha sido un referente en América Latina en la adopción de la electromovilidad, y el 2025 se perfila como un año crucial para la consolidación de esta tendencia. Con el aumento de políticas públicas, la mayor penetración de vehículos eléctricos y el fortalecimiento de la infraestructura de carga, la transición hacia un transporte más sustentable avanza, pero aún enfrenta desafíos significativos.
Mirando los próximos meses, hay principalmente cinco desafíos en torno a la electromovilidad en nuestro país. El primero está en una mayor adopción de vehículos eléctricos, el cual sigue en ascenso, pero no lo suficiente. En 2024, las ventas de autos eléctricos e híbridos enchufables crecieron más del 100% en comparación con 2023, y para 2025 se espera que esta cifra continúe en aumento, impulsada por incentivos gubernamentales y la reducción de costos en baterías. Sin embargo, aún representan menos del 2% del parque automotor total, lo que evidencia el largo camino por recorrer. Es de gran relevancia avanzar con mayor rapidez, al considerar que la Estrategia Nacional de Electromovilidad establece que solo dentro de 10 años, el 100% de los vehículos livianos y medianos que se vendan en nuestro país deberá ser cero emisiones.
El segundo desafío está en la expansión de la infraestructura de carga pública. Uno de los mayores retos para la masificación de la electromovilidad es la disponibilidad de cargadores. Actualmente, Chile cuenta con más de 1.000 puntos de carga, y se espera que esta cifra crezca en un 50% para 2025. Sin embargo, la distribución sigue siendo desigual, concentrada principalmente en Santiago y algunas ciudades principales, lo que dificulta la adopción en regiones.
El tercer reto está directamente relacionado con el anterior y se refiere a la infraestructura de carga residencial. De acuerdo con cifras recientes del Ministerio de Energía, solo el 1% de los edificios residenciales en nuestro país cuenta con infraestructura de carga para vehículos eléctricos, reflejando un nivel muy bajo de implementación. En este sentido, el sector inmobiliario tiene una gran oportunidad y desafío. Mirando a futuro, los edificios más atractivos serán aquellos que cuenten con cargadores de vehículos eléctricos.
El cuarto desafío se relaciona con incentivos y regulaciones más estrictas. El gobierno ha avanzado en políticas para fomentar la electromovilidad, como la eliminación de ciertos impuestos para autos eléctricos y la exigencia de que un porcentaje de las flotas de transporte público sea cero emisiones. Para 2025, se espera la implementación de nuevas normativas que obliguen a las empresas a reducir su huella de carbono a través de la incorporación de flotas eléctricas.
Finalmente, está la integración con energías renovables. Para que la electromovilidad sea realmente sostenible, es fundamental que su matriz energética provenga de fuentes limpias. Chile ya cuenta con un 60% de su generación eléctrica basada en energías renovables, y se espera que esta cifra siga creciendo. La sinergia entre electromovilidad y energías renovables es clave para reducir la huella de carbono del transporte.
La electromovilidad es una gran oportunidad para nuestro país. Para capturar todo su valor, será vital avanzar en esos cinco desafíos.