- El primer Sistema de Monitoreo Continuo de Emisiones, completamente diseñado y construido en Chile, fue desarrollado por AyT (Ambiente y Tecnología), empresa pionera en América Latina integrando tecnologías de última generación, tales como sistemas de monitoreo de calidad de aire y emisiones de gases a la atmósfera.
En Chile, el desarrollo de la normativa ambiental ha permitido la regulación de múltiples procesos productivos, destacando el requerimiento de medición continua de emisiones a la atmósfera en aquellos sectores donde la población podría verse afectada.
Desde sus inicios como empresa, hace ya casi 30 años, AyT aceptó el desafío de ser uno de los primeros en el país en diseñar y construir localmente sistemas de Monitoreo Continuo de Emisiones, también conocidos como CEMS por sus siglas en inglés: Continuous Emission Monitoring System, desarrollando soluciones que han ayudado a las empresas nacionales al cumplimiento de los límites de emisión.
Ambiente y Tecnología ha definido la calidad y confiabilidad de sus sistemas como un requisito intransable, de modo de otorgar a sus clientes y autoridades total certeza respecto a los resultados entregados por sus sistemas. Como parte de las acciones tendientes a cumplir este objetivo, AyT obtuvo la acreditación de su laboratorio de calibración de analizadores de gases bajo Norma ISO 17025, marcando, de esta forma, un punto de inflexión para el mercado que los sitúa como referentes a nivel nacional y latinoamericano.
Carlos Saúl, gerente general de AyT comenta que “un Sistema de Monitoreo continuo de emisiones (CEMS) es un conjunto de instrumentos que permite medir la concentración de los gases y partículas que están siendo emitidas por una chimenea, producto de la combustión u otro tipo de proceso químico”.
“Estos sistemas tienen mucha importancia porque permiten conocer cuáles son los componentes que, producto de estos procesos de combustión u otro, están siendo emitidos por una determinada faena industrial a la atmósfera”, agrega.
Entre estos gases o partículas que se emiten, según explica el profesional, “hay muchos que pueden ser nocivos para la salud humana, por lo tanto, es de fundamental importancia su medición para que la empresa en cuestión pueda controlar sus emisiones”.
TODO PARTIÓ CON UNA POBLACIÓN DE CACTUS
¿Cómo surgió la idea de involucrarse en la fabricación de sistemas?
“Nosotros, como AyT, partimos en Chile el año 2000 en la construcción de estos sistemas CEMS, producto de un requerimiento que tuvo una termoeléctrica en la zona de Taltal, a la cual la autoridad le pidió monitorear en forma continua sus gases de emisión, con el objetivo de proteger una población de cactus que estaba en los alrededores, los que eran una especie de interés científico y estaban en peligro de extinción”, relata Carlos Saúl.
Después de esta experiencia exitosa, que fue muy importante porque fue la primera vez que se construía un sistema de esta naturaleza diseñado y desarrollado en Chile, el año 2012 el Ministerio del Medio Ambiente dictó el DS37, una normativa que obligaba a todas las plantas de celulosa a realizar mediciones continuas de los compuestos azufrados (TRS) que estaban siendo emitidos en sus diferentes procesos. “Esto significó una tremenda oportunidad porque era un proyecto muy grande. Finalmente, como AyT terminamos construyendo la totalidad de los sistemas que se requerían en Chile”, comenta el gerente general de AyT.
Por otra parte, con la publicación del Decreto Supremo N°13, del Ministerio del Medio Ambiente, se estableció el primer set de normas asociadas al control de emisiones de las empresas termoeléctricas, “lo que también nos permitió construir varios sistemas para medir los contaminantes que estaban siendo emitidos por esa industria”, reflexiona.
CONTROLAR Y AUTOMATIZAR EL CEMS COMPLETO
Con la experiencia adquirida, AyT sumó como valor agregado a sus servicios el Ambilogger, el primer sistema de adquisición de datos (DAHS) desarrollado en Chile, que permitía adquirir información en tiempo real y procesar la información de la concentración de las emisiones que estaban siendo emitidas a la atmósfera, además de controlar y automatizar el CEMS completo.
“Con el tiempo, desde el punto de vista de diseño y construcción, hemos podido adaptar todos nuestros sistemas para que puedan ser instalados en cualquier parte del mundo, donde se requiera de un sistema que cumpla con las normativas locales. Es decir, podemos adaptar nuestros sistemas para que puedan cumplir con otras normativas distintas a las chilenas”, enfatiza el experto.
Otra innovación que ha generado AyT en los últimos años, ha sido la conexión en línea de sus sistemas con la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), lo que los convirtió en los primeros en poder conectarse con esta institución gubernamental en Chile, permitiendo entregarles datos en tiempo real, cumpliendo con los estándares técnicos de esta institución.
Cabe destacar que, la instalación de este tipo de sistemas no solo permite que las industrias puedan cumplir con las normativas, sino que también les entrega beneficios a su negocio y procesos. “Con la información que entrega el sistema, las industrias pueden optimizar los procesos, haciéndolos más eficientes y, por ende, disminuir la cantidad de combustible que utilizan, haciéndolos menos contaminante y a la vez generar un ahorro importante de recursos, tiempo y dinero”, explica el profesional.
“Un ejemplo concreto de otro beneficio de la utilización de estos sistemas es lo que hace uno de nuestros clientes, que gracias a la instalación de nuestros CEMS puede definir si parte de los compuestos que son valiosos en su producción pueden estar siendo emitidos a la atmósfera y a través de modificaciones en sus procesos impedir esta fuga, generando así un beneficio adicional”, agrega Carlos.
INNOVACIÓN Y BENEFICIOS MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS
Gracias a su expertise, el año 2015 AyT vendió e instaló un sistema CEMS en una planta productora de acero reciclado en Uruguay, convirtiéndose en la primera experiencia de la organización fuera de Chile.
“Solo en Chile , a la fecha, ya hemos construido más de 50 sistemas CEMS que están operando y que cumplen con todos los requisitos legales y ambientales de las normativas para operar en nuestro país, en áreas tales como celulosas, termoeléctricas, refinerías de petróleo, fundiciones de metales, producción de acero y cementeras, entre otras”, finaliza Carlos Saúl.