- Por Rodrigo Moya, Gerente General de IMELSA ENERGÍA
El cambio climático es una realidad que no puede ser ignorada, que subraya la responsabilidad que compartimos como sociedad y empresas en la protección de nuestro planeta y la necesidad de avanzar en la transición energética de nuestro país.
Sus efectos se manifiestan cada vez con mayor fuerza, afectando a comunidades, ecosistemas y economías alrededor de todo el mundo. Como empresa comprometida con el desarrollo sostenible, asumimos la responsabilidad de ser un aliado estratégico energético para nuestros clientes de suministro eléctrico y aportar con convicción para generar las transformaciones necesarias que nos permitan cimentar un futuro más limpio y sostenible.
Los desafíos energéticos que enfrentamos nos exigen generar cambios como empresas para reducir nuestras emisiones y la dependencia que existen en torno a los combustibles fósiles. Son muchos los mecanismos disponibles y acciones que podemos hacer para avanzar en estos objetivos, desde iniciar el monitoreo de nuestro consumo y el promover el uso de fuentes de energía renovable, además de capacitarnos en torno a eficiencia energética e incluso transitar hacia la electromovilidad.
Hoy más que nunca debemos sentar las bases para que la energía se convierta en un pilar que facilite una mejor calidad de vida de la sociedad, y también para que promueva el desarrollo productivo del país junto con contribuir al cumplimiento de nuestros compromisos climáticos y ambientales. En todas las empresas, sin importar su tamaño ni su industria, la energía es un factor clave en su estructura de gastos, por lo que gestionar adecuadamente su administración, puede generar importantes oportunidades para aportar al éxito del negocio en términos de responsabilidad social, ambiental y de gobierno (ESG).
La invitación entonces y la reflexión que les quiero dejar es que comencemos a ser conscientes de nuestro impacto ambiental y trabajemos juntos para reducirlo. Unámonos en este camino hacia un futuro más sostenible y lideremos la transición energética que Chile necesita.