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Igualdad de género en la industria: Mucho más que un imperativo económico
- Por Priscilla Espinoza, Jefe de Finanzas y Reporting, Flow Control, Valmet //

Cuando el número de mujeres insertas en el mercado laboral aumenta, los países se desarrollan. Un informe de la OCDE proyectó que una reducción simultánea de las brechas en Chile representa un eje central de cualquier estrategia exitosa para un crecimiento más robusto, sustentable e inclusivo. Para Naciones Unidas, este proceso es esencial para materializar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y lograr los Objetivo de Desarrollo Sostenible. Además, se calcula que podría suponer un impulso de 7 billones de dólares para la economía mundial.
Sin embargo, promover la justicia económica y los derechos femeninos en la economía representa también un imperativo para nuestra sociedad. A nivel de la industria, esto es especialmente relevante. De acuerdo al último reporte de equidad de género en las empresas chilenas, de los ministerios de Hacienda y Economía, a medida que las responsabilidades aumentan, disminuye la participación de las mujeres en cargos relevantes.
Esto es aún más complejo en las especialidades vinculadas a la industria. En Chile, un 8% de las tituladas cada año en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son mujeres. Necesitamos tomar acción y las empresas tienen mucho por avanzar, no solo divulgando sus metas de representación, sino también aplicando políticas, visibilizando su alto desempeño, impulsando su potencial y contribuyendo con espacios que promuevan la equidad.
En mi historia personal, comencé estudiando contabilidad en un colegio técnico, luego hice mi práctica laboral en el área de finanzas y al poco tiempo ingresé a la carrera vespertina de contador auditor (y durante el día trabajaba en el mismo rubro). Han pasado 23 años y mi pasión sigue intacta, viendo cómo los números cuadran y plasman la historia del negocio.
En esta área, la paridad se observa más en el área operacional, mientras que, en cargos de responsabilidad mayor, como gerencias o de liderazgo, la presencia de las mujeres se diluye. Actualmente lidero un área en una empresa multinacional, donde el desempeño y los resultados son los que abren oportunidades, y esto es clave para seguir construyendo un entorno de trabajo verdaderamente equitativo.
En este tránsito, las mujeres enfrentamos enormes desafíos. Entre ellos compatibilizar la familia y el trabajo. Por eso, es importante encontrar un punto de equilibrio y organización, pero también contar con referentes, personas que hayan sorteado las barreras para mostrarnos el camino. Si bien hace 15 años atrás, cuando inicié mi trayectoria, era muy difícil encontrar estos modelos, hoy encontramos a muchas lideresas exitosas.
La dinámica ha cambiado; hoy tenemos la libertad de ser auténticas, respetadas y escuchadas. Nuestra opinión y experiencia es tomada en cuenta. No necesitamos vernos rudas y demostrar un lado masculino para participar en mandos directivos o ejecutivos. Nuestra sensibilidad y empatía es un plus en el tipo de liderazgo que hoy se promueve. El empoderamiento es la consecuencia de la confianza en sí misma: una cuestión de constancia y determinación.
Las políticas de inclusión son, por cierto, fundamentales. Creo en que el respeto y las oportunidades no diferencian género, edad, nacionalidad o cualquier otra condición personal o física. Y aunque las oportunidades podrían ser mayores, soy optimista al ver importantes avances.
Hoy las empresas están en constante cambio, y las mujeres tenemos la capacidad innata de pensar y actuar en diferentes direcciones al mismo tiempo, además de prestar una comunicación efectiva, promover el trabajo en equipo y adaptarnos a los cambios positivamente. Estas características tienen un gran impacto económico, el cual se traduce, y así lo ratifica la evidencia, en el crecimiento de la industria en general.