- Por Carolina Martínez, Académica del Departamento de Ingeniería Industrial y de Sistemas de la UC
El sector energético se encuentra en constante actualización, lo que ha impulsado la implementación de redes inteligentes con el fin de aprovechar la electricidad de manera más eficiente y racional. Para lograr la digitalización del sector, es fundamental que todos los actores involucrados, como generadores, transmisores, distribuidores y usuarios, desarrollen e implementen innovaciones. Entre estas innovaciones se encuentra la adopción de medidores eléctricos inteligentes (MEI).
Los MEI son una tecnología habilitante, pues su adopción tiene el potencial de impulsar el desarrollo de otras tecnologías y mejorar la eficiencia en todas las etapas del proceso eléctrico. No obstante, es importante tener en cuenta que los MEI por sí solos no reducen el consumo eléctrico. Si los usuarios se resisten a la integración de los MEI, como ha sucedido particularmente en Chile, es posible que los planes para desarrollar estrategias de energía sostenible se vean afectados, lo que a su vez podría retrasar el avance hacia una economía más verde y resiliente.
Es esencial que el usuario residencial de energía desempeñe un papel más activo y aproveche las redes eléctricas inteligentes para obtener información precisa del sistema. Los MEI son capaces de registrar variables eléctricas como la facturación horaria, la calidad del servicio, alertas de pérdidas de suministros, cambios tarifarios y cortes y reposiciones remotas, entre otras características beneficiosas. A pesar de estas ventajas, una encuesta realizada por Cadem en año 2019 (durante su intento de implementación) mostró que solo el 1% de los usuarios creía que los MEI serían beneficiosos para ellos.
La resistencia a la innovación puede obstaculizar o retrasar la aceptación de cualquier tecnología. Aunque se han realizado esfuerzos para comprender los factores sociales, culturales y psicológicos que influyen en los usuarios al momento de adoptar innovaciones disruptivas, todavía hay mucho por hacer. Es necesario entender la percepción negativa que puede haber surgido en torno a la implementación de estos dispositivos en Chile en 2019, desde la perspectiva del usuario, para poder mejorarla.
El sesgo de status quo es un factor de resistencia a la innovación que se refiere a la preferencia de los individuos por mantener la situación actual en lugar de cambiarla, incluso si se pueden identificar avances o alternativas más beneficiosas. Este sesgo está relacionado con la aversión a las pérdidas, el temor a la incertidumbre y el costo cognitivo de procesar información adicional. Por lo tanto, este sesgo podría generar resistencia al progreso y la innovación, tal como ocurrió con el intento de adopción de los MEI en el 2019.
Es crucial retomar el desafío de la implementación de los MEI en Chile para modernizar la distribución eléctrica y avanzar en el desarrollo de redes inteligentes. La comunicación es una herramienta clave para el éxito de la implementación, y los agentes del cambio deben desmitificar creencias erróneas en los usuarios, como la exposición a la radiación o la violación de la privacidad de datos.
Así también, es necesario cambiar la percepción de que la implementación solo beneficia al mercado y resaltar los numerosos beneficios que los MEI tienen para las personas. Si no se promueve la adopción de los MEI, existe el riesgo de retrasar el avance en la modernización de la distribución eléctrica del país. Por lo tanto, es importante actuar ahora.