- Por César Rebolledo, Gerente General de NewCapital.
En el Día Mundial de la Carretera, reflexionamos sobre la importancia de las vías que conectan comunas, ciudades y, sobre todo, personas. Las carreteras son más que simples estructuras de concreto y asfalto; son arterias vitales que impulsan el desarrollo económico, social y cultural de nuestras comunidades. Desde nuestra compañía, reconocemos la trascendencia de estas vías y nos comprometemos a ser parte activa de su evolución.
En el sector del transporte, las carreteras son el escenario donde se desarrolla nuestra historia diaria. Los vehículos que las recorren no solo transportan mercancías, sino también sueños, oportunidades y el progreso que impulsa a nuestro país hacia adelante.
En este día nos detenemos, aunque nuestras ruedas no lo hagan, para rendir un homenaje sincero y emotivo a los verdaderos héroes de nuestras vías: los camioneros. En un momento donde nuestro país navega por mares de incertidumbre y desafíos, son ellos quienes, con determinación y coraje, mantienen viva la llama de la esperanza y la continuidad.
Por eso, hoy, me permito hacer un llamado, enérgico y consciente ¡No entreguemos nuestras carreteras a la delincuencia! Nuestros caminos, símbolos de unión y fortaleza, representan la determinación de un pueblo que rehúsa ser vencido por el miedo y la intimidación. Las carreteras, las venas por las que fluye la vida de nuestra nación, no se convertirán en campos de batalla donde se pierdan más vidas y esperanzas. Es imperativo unirnos, más allá de nuestras diferencias políticas y sociales, para salvaguardar lo que con tanto esfuerzo hemos construido.
La política no debe desunirnos, las diferencias no deben debilitarnos, y la discordia no debe destruir la hermandad forjada a lo largo de los años. Somos un solo país, una sola voz, y juntos, con la energía y la pasión que nos caracteriza, protegeremos nuestras carreteras, nuestras vidas y nuestro futuro. ¡Porque somos fuertes, somos resilientes y somos incansables en nuestra lucha por la seguridad, la unidad y la prosperidad!
En los tiempos que arrecian, donde la adversidad parece ser una constante, somos nosotros, los empresarios, quienes debemos asegurarnos de que la rueda de la economía y la esperanza continúe girando, sin detenerse, sin flaquear.
No podemos ser espectadores pasivos; es nuestro deber ser los motores activos que, junto a nuestros camioneros, mantengamos viva la circulación de la prosperidad y el bienestar en cada carretera, en cada ciudad y en cada hogar.