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Transformación de la matriz energética en Chile y el mundo: ¿Qué rol juegan los proveedores de cables?
- Por Gonzalo Ureta, Gerente General de COVISA. //

En la actualidad la adopción de procesos sustentables, más eficientes y con mayor seguridad, es fundamental para el futuro y desarrollo no sólo de Chile. El aumento sostenido de los requerimientos de cobre y sus proyecciones de largo plazo es la mejor evidencia de que el fenómeno global de electrificación traerá enormes desafíos de infraestructura.
El calentamiento global está impulsando un cambio profundo a nivel mundial, que incluye el abandono progresivo de los combustibles fósiles. La transición hacia fuentes de energía limpias y renovables ya no es una opción, sino una necesidad urgente. Este proceso ha dado paso a una transformación energética basada en la electrificación: actividades y empresas que antes dependían de combustibles fósiles ahora buscan adaptarse mediante el uso de energías más limpias y sostenibles. Un ejemplo claro y cercano de este cambio son los vehículos eléctricos.
Sin embargo, para que la energía eléctrica pueda ser utilizada en su punto de consumo, primero debe ser transportada desde su lugar de generación hasta su destino final. Este es un desafío de gran magnitud, que requiere la coordinación de múltiples actores, tanto públicos como privados. Para hacerlo posible, es necesario ejecutar una serie de obras clave en distintos ámbitos, como torres de transmisión, subestaciones y sistemas de distribución.
En este contexto, quienes fabricamos cables desempeñamos un rol fundamental en el esfuerzo por conducir la energía hacia donde se necesita. Los cables son un componente esencial en prácticamente todas las industrias, y se requieren en una amplia variedad de proyectos: desde aeropuertos, hospitales y centros comerciales, hasta sistemas de transporte como el metro, faenas mineras o centrales generadoras de energía.
NUEVOS DESAFÍOS
Como organización entendemos la responsabilidad que implica este nuevo escenario. Para quienes generamos y proveemos productos o servicios, el desafío está en cómo avanzar y adaptar nuestros procesos, productos y soluciones para alinearnos con esta nueva mirada: enfocada en la eficiencia, pero también —y de manera muy relevante— en la seguridad y la sustentabilidad. Como fabricantes de conductores eléctricos con más de 45 años de trayectoria, hemos invertido en ampliar nuestra capacidad productiva y en mejorar continuamente la calidad de nuestros productos. Esto es clave para que el sistema eléctrico funcione de forma confiable y, sobre todo, para ofrecer a nuestros clientes —y a nosotros mismos— un sistema más seguro. Además, nuestros cables se fabrican 100% con energía renovable y contamos con todas las certificaciones exigidas por la normativa vigente.
Desde el lado de los fabricantes de cables, la innovación —con un fuerte foco en la seguridad— se ha orientado principalmente a desarrollar productos cada vez más resistentes al fuego. Un cable, por su naturaleza, representa un potencial riesgo: en términos simples, es una “manguera plástica” que recorre toda una instalación y que, bajo condiciones subestándar, puede sobrecalentarse, iniciar un incendio o incluso propagarlo. Por esta razón, en instalaciones críticas como las subestaciones eléctricas, los cables con recubrimiento plástico deben contar con aislación y cubiertas fabricadas con materiales ignífugos que impidan la propagación del fuego.
En COVISA somos actualmente los únicos fabricantes en Chile de cables con “categoría A” de resistencia al fuego, según la normativa europea. Este es uno de nuestros principales aportes para avanzar hacia una red de transmisión y distribución más segura y resiliente. Nos gustaría que otros fabricantes nacionales se sumen a esta cruzada y contribuyan a elevar el estándar de seguridad en el país.
Más allá de debates ya conocidos, como la necesidad de simplificar la permisología y destrabar la inversión —especialmente en sistemas de transmisión—, desde nuestra experiencia como especialistas en cables, creemos que uno de los grandes desafíos pendientes es una mayor fiscalización de la calidad de los productos eléctricos que se comercializan en Chile. Las normas existen, están bien redactadas y disponibles para todos, pero no siempre se cumplen.
Con frecuencia encontramos cables en el mercado que no respetan las especificaciones técnicas, no alcanzan los mínimos exigidos o simplemente son de muy mala calidad. Si bien son más económicos, también representan un riesgo significativo. Por ejemplo, si en una subestación eléctrica se instalan cables fuera de norma, de baja calidad o de un fabricante no reconocido, se incrementa el riesgo de incendio, lo que podría afectar gravemente al sistema eléctrico y, con ello, a miles de usuarios o industrias.
Por eso, una fiscalización rigurosa y sostenida es fundamental para garantizar un sistema eléctrico seguro y resiliente. Y esta responsabilidad no recae solo en las autoridades: también corresponde a quienes definen, instalan o adquieren estos productos, asegurarse de optar por soluciones que cumplan con los más altos estándares de calidad y seguridad.